07/03/2022
1973 fue un año especial. En 1973 nació “la Europa de los 9”, Elvis Presley llevó a cabo el primer concierto de la historia transmitido vía satélite, el ciclista Luis Ocaña ganó el Tour de Francia, la URSS lanzó la Soyuz 13 y Estados Unidos puso en órbita la nave espacial Pioneer 11; también, Martin Cooper, de la compañía Motorola, realizó la primera llamada móvil a Joel S. Engel, de la compañía Bell Labs, y un joven Juan Carlos Lozano entraba a trabajar en Hartmann, distribuidor de Heidelberg en aquel momento.
Juan Carlos ha crecido en la empresa pasando por diferente departamentos y niveles de formación. Desde 2002, cuando fue nombrado delegado de la zona de Levante, ha cubierto diferentes puestos de responsabilidad en la compañía, hasta llegar a ser Director Comercial de Heidelberg Spain para todo el territorio. La apuesta de Juan Carlos siempre ha sido “ser fiel a la marca”, y lejos del paradigma de las 40 horas semanales, para Juan Carlos, una jornada laboral es algo más que el tiempo que un empleado utiliza para llevar a cabo las tareas para las que ha sido contratado.
Esta situación, los lugares y los personajes que en ella aparecen son producto de la ficción excepto en el caso de Juan Carlos Lozano.
Nos encontramos en Paterna, en las oficinas de Heidelberg Spain para el Levante. Un café acompaña una liviana conversación sobre el plan de la jornada, los móviles sobre la mesa ya son una declaración de principios y el tiempo lo marca el propio café.
Ya llevamos un rato en la oficina, levanto la cabeza y veo a través de las mamparas como gestiona el correo acumulado en la bandeja de entrada. Hay energía, pero no hay nerviosismo, ni espacios muertos. Como él comenta, “lamentarse no sirve de nada, actuar es el único camino, y si no hay solución, mejor pasar al siguiente tema”. Me indica con un gesto el reloj y me sugiere salir a las 9.
Han quedado temas sobre su mesa, pero la puntualidad nos ha puesto en la carretera. Solo hemos de recorrer 10 kilómetros para la primera parada y las entradas de mensajes y las llamadas se van encadenando. “Los temas se deben resolver en el momento”. A medida que nos acercamos al destino, asisto a un catálogo de soluciones imaginativas, “vender tecnología de vanguardia no es fácil, pero para ser líderes no basta con eso, el cliente espera que estés a su lado y necesita respuestas”, comenta.
Primera empresa de nuestro recorrido y llegamos a la sala de producción, un operario se acerca para saludarnos de forma efusiva. Mientras esperamos al gerente, comentan cuestiones más allá del día a día. Juan Carlos reparte consejos que son recibidos con interés. La experiencia es un grado y Juan Carlos conoce el ecosistema y su evolución. En el despacho, hablando con gerencia se discuten temas de futuro y se repasan asuntos pendientes, algunos de los cuales encuentran solución con alguna llamada ocurrente.
Entra una llamada de un comercial. Nos llega una duda sobre la disponibilidad de un producto, el mensaje es claro: “estoy encallado”, y un par de llamadas después todo vuelve a fluir. Asistimos a la valoración de un equipo de Remarked en directo, sin ni siquiera soltar el volante y unas cuantas consultas variadas, entretienen la conversación.
El mundo gráfico es fascinante, porque sus empresarios son fascinantes. Después de acceder a la nave de la siguiente visita, nos piden los datos, enseñamos nuestro pasaporte de vacunación, pasamos por una ducha de vapor y, por fin, después de cumplir un estricto protocolo, accedemos a la empresa y nos recibe dirección. Sin duda hay complicidad, se nota en el encaje de manos y el trato que nos dan durante la visita. Las últimas instalaciones, dada su complejidad tecnológica, no han sido sencillas, pero en ningún caso se muestra crispación. Los temas, aun siendo sensibles, se discuten con rigor, seriedad y amabilidad. La despedida es cálida y la sensación es que la visita ha sido corta. Saliendo, Juan Carlos comenta, “nuestro trabajo es escuchar, acompañar y asesorar al cliente para conseguir que sus plantas sean más productivas y rentables. Hoy estamos lejos de aquel modelo de visitas por sorpresa. Cada entrevista con un cliente debe ir enfocada a ayudarlo y debe tener objetivos previamente establecidos”.
Paramos en un restaurante en la misma carretera y comentamos algunos temas. Sobre las ferias me explica, “Recuerdo la DRUPA 2012 como un evento imprescindible, casi diría que omnipotente. Era inimaginable en aquella época que una cita así se pudiese anular y hoy, muchos ya hablan de si se volverá a hacer en un futuro, ante este escenario debemos ser flexibles.”. Me recomienda un postre y entre chistes volvemos a la carretera.
El teléfono no para de sonar, pero lo importante es que todas las llamadas tienen respuesta y tienen la voluntad de encontrar una solución. Un cliente llama por la subida de precio de las planchas, y la respuesta no es en ningún caso un “sí o sí”. Casi siempre hay una solución.
Cuando un cliente te habla con admiración acerca de nuestros productos, indica que por nuestra parte hemos puesto todos los recursos para que esa experiencia como usuario de Heidelberg sea global y muy positiva. Tal como afirma Juan Carlos, “el éxito solo tiene 4 secretos, el trabajo bien hecho, la perseverancia, una relación profesional y cuidar hasta el más mínimo detalles”. Saludamos a los maquinistas frente a la mesa de control de una Speedmaster XL106, todos los conocen.
Una habitación de hotel es un espacio ideal para la reflexión y valoro a Juan Carlos como un profesional 100% comprometido con la empresa. 49 años han construido un profundo know-how sobre los productos que vendemos y la calidad de trato con los clientes es realmente muy especial, el espíritu de su trabajo radica en tratar de ayudarles y en buscar soluciones.
Hemos llegado al final de la jornada compartiendo una copa con unas tapas en la noche granadina. La conversación ahora es más de barra de bar y el teléfono ya no sale del bolsillo. Recojo uno de los comentarios: “He trabajado con clientes de toda España, pero he de reivindicar el papel estratégico que ha tenido el levante español en el mundo gráfico. El primer libro publicado en España fue impreso en Valencia en 1474, y se trata de Trobes en lahors de la Verge Maria”. Pero no hemos de olvidar que ese potencial va ligado a un programa general de inversiones y actualización tecnología de vanguardia. No podemos vivir del pasado, siempre hemos de estar un paso adelante.
Nos despedimos en el ascensor del hotel, Juan Carlos ya llevaba el móvil en la mano, tecleando algún mensaje urgente.
Han sido muchos años, primero en Hartmann y actualmente en Heidelberg. Heidelberg ha representado una parte muy importante en su vida, por eso es fácil definirlo como un hombre Heidelberg. Durante estos años, la dedicación, lejos de impórtale las horas de trabajo, ha sido total, pero todo tiene un final y el descanso de este luchador está cerca. Este próximo año, Juan Carlos iniciará un nuevo camino y pasará a la situación de jubilado. Le deseamos lo mejor en esta nueva etapa.
07/03/2022
1973 fue un año especial. En 1973 nació “la Europa de los 9”, Elvis Presley llevó a cabo el primer concierto de la historia transmitido vía satélite, el ciclista Luis Ocaña ganó el Tour de Francia, la URSS lanzó la Soyuz 13 y Estados Unidos puso en órbita la nave espacial Pioneer 11; también, Martin Cooper, de la compañía Motorola, realizó la primera llamada móvil a Joel S. Engel, de la compañía Bell Labs, y un joven Juan Carlos Lozano entraba a trabajar en Hartmann, distribuidor de Heidelberg en aquel momento.
Juan Carlos ha crecido en la empresa pasando por diferente departamentos y niveles de formación. Desde 2002, cuando fue nombrado delegado de la zona de Levante, ha cubierto diferentes puestos de responsabilidad en la compañía, hasta llegar a ser Director Comercial de Heidelberg Spain para todo el territorio. La apuesta de Juan Carlos siempre ha sido “ser fiel a la marca”, y lejos del paradigma de las 40 horas semanales, para Juan Carlos, una jornada laboral es algo más que el tiempo que un empleado utiliza para llevar a cabo las tareas para las que ha sido contratado.
Esta situación, los lugares y los personajes que en ella aparecen son producto de la ficción excepto en el caso de Juan Carlos Lozano.
Nos encontramos en Paterna, en las oficinas de Heidelberg Spain para el Levante. Un café acompaña una liviana conversación sobre el plan de la jornada, los móviles sobre la mesa ya son una declaración de principios y el tiempo lo marca el propio café.
Ya llevamos un rato en la oficina, levanto la cabeza y veo a través de las mamparas como gestiona el correo acumulado en la bandeja de entrada. Hay energía, pero no hay nerviosismo, ni espacios muertos. Como él comenta, “lamentarse no sirve de nada, actuar es el único camino, y si no hay solución, mejor pasar al siguiente tema”. Me indica con un gesto el reloj y me sugiere salir a las 9.
Han quedado temas sobre su mesa, pero la puntualidad nos ha puesto en la carretera. Solo hemos de recorrer 10 kilómetros para la primera parada y las entradas de mensajes y las llamadas se van encadenando. “Los temas se deben resolver en el momento”. A medida que nos acercamos al destino, asisto a un catálogo de soluciones imaginativas, “vender tecnología de vanguardia no es fácil, pero para ser líderes no basta con eso, el cliente espera que estés a su lado y necesita respuestas”, comenta.
Primera empresa de nuestro recorrido y llegamos a la sala de producción, un operario se acerca para saludarnos de forma efusiva. Mientras esperamos al gerente, comentan cuestiones más allá del día a día. Juan Carlos reparte consejos que son recibidos con interés. La experiencia es un grado y Juan Carlos conoce el ecosistema y su evolución. En el despacho, hablando con gerencia se discuten temas de futuro y se repasan asuntos pendientes, algunos de los cuales encuentran solución con alguna llamada ocurrente.
Entra una llamada de un comercial. Nos llega una duda sobre la disponibilidad de un producto, el mensaje es claro: “estoy encallado”, y un par de llamadas después todo vuelve a fluir. Asistimos a la valoración de un equipo de Remarked en directo, sin ni siquiera soltar el volante y unas cuantas consultas variadas, entretienen la conversación.
El mundo gráfico es fascinante, porque sus empresarios son fascinantes. Después de acceder a la nave de la siguiente visita, nos piden los datos, enseñamos nuestro pasaporte de vacunación, pasamos por una ducha de vapor y, por fin, después de cumplir un estricto protocolo, accedemos a la empresa y nos recibe dirección. Sin duda hay complicidad, se nota en el encaje de manos y el trato que nos dan durante la visita. Las últimas instalaciones, dada su complejidad tecnológica, no han sido sencillas, pero en ningún caso se muestra crispación. Los temas, aun siendo sensibles, se discuten con rigor, seriedad y amabilidad. La despedida es cálida y la sensación es que la visita ha sido corta. Saliendo, Juan Carlos comenta, “nuestro trabajo es escuchar, acompañar y asesorar al cliente para conseguir que sus plantas sean más productivas y rentables. Hoy estamos lejos de aquel modelo de visitas por sorpresa. Cada entrevista con un cliente debe ir enfocada a ayudarlo y debe tener objetivos previamente establecidos”.
Paramos en un restaurante en la misma carretera y comentamos algunos temas. Sobre las ferias me explica, “Recuerdo la DRUPA 2012 como un evento imprescindible, casi diría que omnipotente. Era inimaginable en aquella época que una cita así se pudiese anular y hoy, muchos ya hablan de si se volverá a hacer en un futuro, ante este escenario debemos ser flexibles.”. Me recomienda un postre y entre chistes volvemos a la carretera.
El teléfono no para de sonar, pero lo importante es que todas las llamadas tienen respuesta y tienen la voluntad de encontrar una solución. Un cliente llama por la subida de precio de las planchas, y la respuesta no es en ningún caso un “sí o sí”. Casi siempre hay una solución.
Cuando un cliente te habla con admiración acerca de nuestros productos, indica que por nuestra parte hemos puesto todos los recursos para que esa experiencia como usuario de Heidelberg sea global y muy positiva. Tal como afirma Juan Carlos, “el éxito solo tiene 4 secretos, el trabajo bien hecho, la perseverancia, una relación profesional y cuidar hasta el más mínimo detalles”. Saludamos a los maquinistas frente a la mesa de control de una Speedmaster XL106, todos los conocen.
Una habitación de hotel es un espacio ideal para la reflexión y valoro a Juan Carlos como un profesional 100% comprometido con la empresa. 49 años han construido un profundo know-how sobre los productos que vendemos y la calidad de trato con los clientes es realmente muy especial, el espíritu de su trabajo radica en tratar de ayudarles y en buscar soluciones.
Hemos llegado al final de la jornada compartiendo una copa con unas tapas en la noche granadina. La conversación ahora es más de barra de bar y el teléfono ya no sale del bolsillo. Recojo uno de los comentarios: “He trabajado con clientes de toda España, pero he de reivindicar el papel estratégico que ha tenido el levante español en el mundo gráfico. El primer libro publicado en España fue impreso en Valencia en 1474, y se trata de Trobes en lahors de la Verge Maria”. Pero no hemos de olvidar que ese potencial va ligado a un programa general de inversiones y actualización tecnología de vanguardia. No podemos vivir del pasado, siempre hemos de estar un paso adelante.
Nos despedimos en el ascensor del hotel, Juan Carlos ya llevaba el móvil en la mano, tecleando algún mensaje urgente.
Han sido muchos años, primero en Hartmann y actualmente en Heidelberg. Heidelberg ha representado una parte muy importante en su vida, por eso es fácil definirlo como un hombre Heidelberg. Durante estos años, la dedicación, lejos de impórtale las horas de trabajo, ha sido total, pero todo tiene un final y el descanso de este luchador está cerca. Este próximo año, Juan Carlos iniciará un nuevo camino y pasará a la situación de jubilado. Le deseamos lo mejor en esta nueva etapa.