La productividad se impone al precio

22/06/2020

La adquisición de una nueva máquina de imprimir afecta a la empresa en su totalidad, por lo que no conviene tomar esta decisión sin haber examinado cuidadosamente las alternativas. Los costes de compra, sobre todo, exigen un análisis escrupuloso. Porque la competitividad depende de la productividad, y esta se rentabiliza mucho antes de lo que la mayoría piensa.

Quienes intentan incrementar sus ganancias reduciendo su inversión en bienes de equipo pueden perder dinero. «En las negociaciones de precios suelen preguntarme hasta qué punto el coste superior de la Speedmaster afecta a la rentabilidad. Muchos argumentan que, si el precio es un 10 por ciento más alto, la productividad también debe ser un 10 por ciento superior, pero se equivocan», afirma André Strunk, jefe de producto en la división Sheetfed de Heidelberg, y añade: «Los costes de financiación son solamente una fracción de los costes fijos. El factor decisivo es la productividad, que es la que hace que una máquina se amortice con rapidez. Y en estos casos rige una fórmula general según la cual un incremento del 10 por ciento en la productividad basta para amortizar una inversión un 30 por ciento superior».

La productividad no es un pico temporal de rentabilidad ni un récord mundial que se obtenga en una hora, sino el rendimiento efectivo a lo largo de un mes, un año o durante toda la vida útil de un equipo. Los factores importantes de esta ecuación incluyen la velocidad de impresión y el grado de automatización, pero también, en medida creciente, la ergonomía de manejo y la gestión óptima de los pedidos. En este contexto, las máquinas Speedmaster de Heidelberg llevan la delantera, como demuestran, por ejemplo, los casi 90 millones de pliegos impresos en solo un año con una Speedmaster XL 106 o el impresionante volumen de 350 millones de pliegos producidos en poco menos de 6 años por una Speedmaster SX 102 en Japón.

Otro indicador de la productividad efectiva son las máquinas de segunda mano. «Si comparamos el estado de los totalizadores de las máquinas usadas en venta en distintos portales de Internet, veremos que, en promedio, las Speedmaster de Heidelberg ostentan un mayor volumen de producción» dice Rainer Wolf, director de Gestión de Productos en la división Sheetfed.

Un estudio de más de 400 máquinas de segunda mano realizado por Smithers Pira lo confirma: el número de pliegos impresos en las Speedmaster de Heidelberg es significativamente mayor. En el formato 70×100, las máquinas de otros fabricantes alcanzan solamente el 73,5 por ciento del rendimiento de Heidelberg. «Dicho de otra manera, el rendimiento de las Speedmaster es un 36 por ciento superior. Y en el formato 50× 70, la diferencia es aún mayor. En este segmento, las máquinas de Heidelberg han producido aproximadamente el doble de pliegos por año», señala Wolf.

El estudio de Smithers Pira analiza adicionalmente los efectos de la productividad sobre los costes por unidad. Los resultados de este análisis son igualmente inequívocos. Los costes de impresión de la Speedmaster XL 106 –cuyos costes de inversión superaron en un 27 por ciento los de otras máquinas– fueron más del 11 por ciento menores que los de otros fabricantes. «Este resultado también es positivo y demuestra que, al final, la productividad se impone al precio», resume Wolf.

Cabe señalar, además, que esta mejora de la productividad no solamente beneficia a las grandes empresas. Por el contrario, las imprentas pequeñas también deben incrementar su rendimiento para subsistir en el mercado. Las máquinas potentes absorben picos de producción y minimizan los costes que generan las horas extras, los turnos adicionales y los complementos por trabajo en fin de semana. En muchos casos, una sola máquina nueva es capaz de sustituir incluso a varias antiguas.

Push to Stop marca la diferencia

Todo lo anterior es posible gracias al sistema de mando inteligente de la máquina, que asiste al operador cuando encuentra dificultades que entorpecen la producción. Pero la optimización comienza ya mucho antes, en la etapa de preimpresión y en el Sistema de Información para la Gestión (MIS), porque los procesos integrados en redes informáticas son más fáciles de automatizar y de optimizar que los analógicos.

Con su sistema push to stop, Heidelberg ha introducido un cambio de paradigma en el offset de pliegos industrial y ha formulado un objetivo muy claro: Si hasta ahora había sido el operador el encargado de planificar, iniciar y ejecutar activamente los procesos, los futuros responsables serán la máquina y el software inteligente Prinect. Actualmente ya existen secuencias de pedidos y procesos de puesta a punto “navegados” y totalmente automatizados para los cambios de pedido complejos. Numerosos sistemas de asistencia liberan al operador y aseguran que el máximo rendimiento no sea la excepción, sino la regla en el quehacer diario. «Como líder del mercado de offset de pliegos, Heidelberg es sinónimo de calidad y de productividad. La tecnología punta y el software inteligente aportan claras ventajas. Y estas se traducen muy pronto en dinero contante y sonante, a la vez que incrementan la competitividad de nuestros clientes», resume Andre Strunk.

La productividad se impone al precio

22/06/2020

La adquisición de una nueva máquina de imprimir afecta a la empresa en su totalidad, por lo que no conviene tomar esta decisión sin haber examinado cuidadosamente las alternativas. Los costes de compra, sobre todo, exigen un análisis escrupuloso. Porque la competitividad depende de la productividad, y esta se rentabiliza mucho antes de lo que la mayoría piensa.

Quienes intentan incrementar sus ganancias reduciendo su inversión en bienes de equipo pueden perder dinero. «En las negociaciones de precios suelen preguntarme hasta qué punto el coste superior de la Speedmaster afecta a la rentabilidad. Muchos argumentan que, si el precio es un 10 por ciento más alto, la productividad también debe ser un 10 por ciento superior, pero se equivocan», afirma André Strunk, jefe de producto en la división Sheetfed de Heidelberg, y añade: «Los costes de financiación son solamente una fracción de los costes fijos. El factor decisivo es la productividad, que es la que hace que una máquina se amortice con rapidez. Y en estos casos rige una fórmula general según la cual un incremento del 10 por ciento en la productividad basta para amortizar una inversión un 30 por ciento superior».

La productividad no es un pico temporal de rentabilidad ni un récord mundial que se obtenga en una hora, sino el rendimiento efectivo a lo largo de un mes, un año o durante toda la vida útil de un equipo. Los factores importantes de esta ecuación incluyen la velocidad de impresión y el grado de automatización, pero también, en medida creciente, la ergonomía de manejo y la gestión óptima de los pedidos. En este contexto, las máquinas Speedmaster de Heidelberg llevan la delantera, como demuestran, por ejemplo, los casi 90 millones de pliegos impresos en solo un año con una Speedmaster XL 106 o el impresionante volumen de 350 millones de pliegos producidos en poco menos de 6 años por una Speedmaster SX 102 en Japón.

Otro indicador de la productividad efectiva son las máquinas de segunda mano. «Si comparamos el estado de los totalizadores de las máquinas usadas en venta en distintos portales de Internet, veremos que, en promedio, las Speedmaster de Heidelberg ostentan un mayor volumen de producción» dice Rainer Wolf, director de Gestión de Productos en la división Sheetfed.

Un estudio de más de 400 máquinas de segunda mano realizado por Smithers Pira lo confirma: el número de pliegos impresos en las Speedmaster de Heidelberg es significativamente mayor. En el formato 70×100, las máquinas de otros fabricantes alcanzan solamente el 73,5 por ciento del rendimiento de Heidelberg. «Dicho de otra manera, el rendimiento de las Speedmaster es un 36 por ciento superior. Y en el formato 50× 70, la diferencia es aún mayor. En este segmento, las máquinas de Heidelberg han producido aproximadamente el doble de pliegos por año», señala Wolf.

El estudio de Smithers Pira analiza adicionalmente los efectos de la productividad sobre los costes por unidad. Los resultados de este análisis son igualmente inequívocos. Los costes de impresión de la Speedmaster XL 106 –cuyos costes de inversión superaron en un 27 por ciento los de otras máquinas– fueron más del 11 por ciento menores que los de otros fabricantes. «Este resultado también es positivo y demuestra que, al final, la productividad se impone al precio», resume Wolf.

Cabe señalar, además, que esta mejora de la productividad no solamente beneficia a las grandes empresas. Por el contrario, las imprentas pequeñas también deben incrementar su rendimiento para subsistir en el mercado. Las máquinas potentes absorben picos de producción y minimizan los costes que generan las horas extras, los turnos adicionales y los complementos por trabajo en fin de semana. En muchos casos, una sola máquina nueva es capaz de sustituir incluso a varias antiguas.

Push to Stop marca la diferencia

Todo lo anterior es posible gracias al sistema de mando inteligente de la máquina, que asiste al operador cuando encuentra dificultades que entorpecen la producción. Pero la optimización comienza ya mucho antes, en la etapa de preimpresión y en el Sistema de Información para la Gestión (MIS), porque los procesos integrados en redes informáticas son más fáciles de automatizar y de optimizar que los analógicos.

Con su sistema push to stop, Heidelberg ha introducido un cambio de paradigma en el offset de pliegos industrial y ha formulado un objetivo muy claro: Si hasta ahora había sido el operador el encargado de planificar, iniciar y ejecutar activamente los procesos, los futuros responsables serán la máquina y el software inteligente Prinect. Actualmente ya existen secuencias de pedidos y procesos de puesta a punto “navegados” y totalmente automatizados para los cambios de pedido complejos. Numerosos sistemas de asistencia liberan al operador y aseguran que el máximo rendimiento no sea la excepción, sino la regla en el quehacer diario. «Como líder del mercado de offset de pliegos, Heidelberg es sinónimo de calidad y de productividad. La tecnología punta y el software inteligente aportan claras ventajas. Y estas se traducen muy pronto en dinero contante y sonante, a la vez que incrementan la competitividad de nuestros clientes», resume Andre Strunk.

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