La adopción por parte de los impresores de infraestructuras informáticas y procesos de información cada vez más complejos y sujetos a fallos en la seguridad de la información hace que su vulnerabilidad frente a las amenazas para la seguridad no deje de aumentar.
El número de ciberataques continúa multiplicándose por dos cada año y no hay día que no surja una nueva amenaza. Para el impresor, la realización de copias de seguridad y la protección de los datos no suelen ser tareas prioritarias, pero en el momento en que se pierden datos, la producción queda interrumpida durante un tiempo prolongado por un borrado accidental, el hardware falla o se extravían o roban medios extraíbles, entonces este aspecto pasa a tener una prioridad máxima. El impresor, entonces, quiere asegurarse de que la incidencia no volverá a suceder nunca más y, en caso de que ocurra, minimizar al máximo la pérdida de los datos o el tiempo de inactividad de la producción.
Este papel blanco se ocupa de los problemas y soluciones específicas relacionadas con la seguridad informática de las imprentas.